enero 31, 2011

la semana fantástica



Hay momentos en la vida que son ciertamente para recordar...

Está la mítica semana de excursión de fin de curso a la nieve (que nunca tuve), la Semana Santa comiendo torrijas en casa de la abuela, la tan esperada semana de Ortigueira, la semana fantástica del Corte Inglés... Esta semana ha sido una de ésas, aunque quizá con otras connotaciones no tan entrañables...

Hecho primero:

martes 25 de enero: Recorro en procesión buena parte de las farmacias de Wroclaw con la esperanza de que me vendan un medicamento disponible sin receta en mi país. No es un antipsicótico, no es una proteína quimérica inhibidora de la señalización de TNF alfa, ni siquiera es un maldito antibiótico. Pero a los farmacéuticos polacos les parece altamente peligrosa la posibilidad de que yo, estudiante de 5º curso de Medicina, cometa alguna locura por sobredosis de un bloqueador de los receptores H1 de la histamina, lo que viene siendo un maldito antiácido. (Eso sí, venden ibuprofeno, aspirinas y complejos multivitamínicos extraenergizantes de dudosa etiquetación en cualquier quiosco).

Hecho segundo:

Esa misma tarde algún desaprensivo abre mi mochila en la parada del tranvía y sustrae sin ningún reparo mi querida cartera en la que, además de algo de dinero, llevo documentación, carnet de conducir y otros varios, además de tarjetas. No entraré en los detalles de esta historia de búsqueda en contenedores de basura, linternas, comisarías polacas con sus policías con rosácea -que después de tenerte una hora haciendo una denuncia, al final te dicen que no vale para nada y que llames a la embajada...-, mensajes indescifrables y rescate de una cartera vacía de cuartos y llena de tarjetas inútiles por anuladas... porque aún me entran escalofríos. Menos mal que por algún designio del destino llevaba una chapa de la Virgen dentro de la susodicha cartera, que sin duda ablandó el corazón del vil ladrón, y le llevó a tirarla en las cercanías de un contenedor, desde el cual milagrosamente -Virgen o no Virgen mediante- llegó a mí. Anulada económicamente, paso a ser una mantenida de mi compañero de piso y habitación (la Virgen lo guarde muchos años) hasta que mi banco me envíe la nueva tarjeta a la oficina .


Miércoles, jueves y viernes transcurren entre brumas de patologías dermatológicas de cuyo nombre quiero pero no consigo acordarme.

Hecho tercero:

Sábado 29 de enero: Mientras degusto de una sabrosa comida polaca en mi restaurante favorito junto a mis compañeros de piso, recibimos un mensaje en el cual la que iba a ser la nueva compañera que ocuparía la habitación de uno de ellos que deja el piso, se raja vilmente con alguna estúpida excusa exactamente dos horas antes de haber quedado con el casero para firmar el nuevo contrato. (En el fondo me alegro de que esa malnacida nunca llegase a pisar nuestro hogar como parte de la familia ¬¬ No lo merecía)

Se inicia la desesperada búsqueda de un nuevo compañero de piso, con un candidato que viene a verlo y saca fotos a diestro y siniestro pero no se decide. Llama un segundo candidato, se acuerda un nuevo encuentro en el piso... Estamos a final de mes. Y sí, todavía tenemos que estudiar dermatología.

Hecho cuarto: 

El fotógrafo candidato confirma su interés en el piso y viene a firmar el contrato. Pese a mostrarse de acuerdo con el precio y las condiciones, me entero de que intenta conseguir una rebaja en el pago de su habitación, proposición por la que el casero sorprendentemente no manifiesta demasiado interés. No me explico por qué. ¬¬

Hecho quinto: 

lunes 31 de enero: Me comunican que MI banco se niega a enviarme a MI domicilio en España MI nueva tarjeta que sustituirá a la anulada, que no permite tampoco que MI madre que figura conMIgo en la cuenta -precisamente por precaución respecto a posibles incidencias de este tipo...- recoja dicha tarjeta para envirármela, ni siquiera presentando MI autorización firmada con copia de MI DNI. Al parecer "por seguridad" debo hallar el modo de teletransportar mi materia corporal y acudir personalmente a la oficina (ya que los tiras y aflojas de Ryan-Air con la Xunta han dejado a Lavacolla temporalmente aislado de las comunicaciones internacionales low cost...) o tomar mi jet privado para tal fin. Vivan las facilidades.



Desde luego, si tiene que quemárseme un bizcocho, rompérseme un espejo, si tengo que confundir el programa de prendas delicadas de la lavadora con el de ropa de esparto, perder un tren u olvidar un aniversario... esta es la semana. Pero al mal tiempo buena cara y no hay mal que mil años dure. Como sentencia mi querida y virginal chapa, "algho faría" para merecer esta concatenación de fatalidades. 

Sólo espero que el karma universal no sea demasiado severo conmigo y todo esto se reestructure debidamente. A mi suerte le doy exactamente 12 horas para normalizar sus niveles, porque como esto siga por estos derroteros, estoy viendo que me tocará un paciente con alguna exótica enfermedad tropical nunca antes vista en el examen práctico de mañana...


PD.: Se acaba de ir la luz. Fascinante.

4 comentarios:

Ahores dijo...

Mentirana... si se fue la luz, como pudiste usar el Internet? :P

Discóbolo hipercrítico sexagenario dijo...

Te olvidas del aspecto positivo de la semana, ¡a Jarek le gustó Kurna Chata!

purple dijo...

Ahores: de hecho tuve que guardar el post en un documento de texto y publicarlo una par de horas después...

ñi ñi

ameba1: pony0

iReNe dijo...

AY, cuánto me he perdido!!
Y entro, tras un día bastante malo, y consigues sacarme unas sonrisas antes de irme a dormir.

Espero que la cosa esté mejor ya por ahora!
Unbeeeeso!