A veces son necesarias pocas palabras para decir lo importante. Se sabe, simplemente.
Otras veces se precisan horas y horas para arreglar nuestros mundos, paralelos durante cinco largos (o cortos) meses... que confluyen de nuevo, al calor de una lareira y empalagadas de alfajores. Las cosas claras y el mate espeso.
Gracias. No por haber vuelto, sino por no haberte ido nunca.
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