septiembre 27, 2008

Cuento con los dedos...


Cuento con los dedos: un, dos, tres...

Se asoman con cuidado entre las hojas enroscadas en mi pelo. Los relojes, las maneras.
(Esta noche, otoño tardío)

Y volvemos... un, dos, tres...
El compás de mis latidos. No lo encuentro.
(Con las llaves de la puerta y tus pupilas, en algún rincón dormidos)

Esta vez, ya la definitiva. Un, dos, tres...
Y siempre me pierdo.
(Que no sé si el cuatro viene para quedarse o dejará que se me vaya entre los dedos la cadencia…)


Desconfío.

Así que uno, dos, tres...
No me pidáis más de tres tiempos esta noche.
Enroscada sobre mis rodillas.
(Que no quiero caminar. Hoy me duelen los gestos y la sonrisa y los tobillos)

Hay que esperar a un lado, a veces. A que nos devuelva hacia la orilla la corriente.
Y es temprano. Tenemos sol para aguantar más de tres tiempos.
Cuenta conmigo…

Un, dos, tres…

2 comentarios:

Tami dijo...

El 4 llegará tarde, pero llegaré. Tal vez se habrá quedado dormido esperando a que suba la marea. Que ya se sabe como son estas cosas.

Y si no llega, lo haré llegar, Para que sonrías. Lo haré llegar para que en tu cabeza no existan más que infinitos motivos para sonreír.

Puede que sea una mala semana. Pero hoy será mejor que ayer. Te lo prometo.


Te quiero

DieGo dijo...

Y si la corriente nos devuelve a lo orilla equivocada, bueno, ¿y qué? Y si el destino no fuese el que teníamos previsto, y si los bolsillos se vaciasen por una vez de miseria, y si la felicidad estuviese esperando a la vuelta de la esquina... ¿Y si todos estuviésemos menos cuerdos? Sin conciencia, sin dolor... si la corriente nos llevase a Macondo... y si...

Permíteme la inmodestia de sentirme un pelín corresponsable del título de este blog... siempre hay que crecer, no lo olvides. Nunca.

Bicos!