junio 19, 2010

déjà vu, jamais connu



Esta noche soñé que te rozaba el lóbulo de la oreja. 

Desde la sien, recorriendo con los labios la delgada línea que separa la ternura y la indecencia hasta el ángulo de tu mandíbula, sostenido entre dos vectores imposibles de conjugar: tu saber estar y mi no-saber ser.


Me desperté con ese sabor metálico de la duda.



Luego te pensé un rato, murmuré algo e hice café. 


1 comentario:

gabinha dijo...

No sé por qué tu entrada me ha recordado esta canción:

http://www.youtube.com/watch?v=6HvThbuivZ0

No es ni la mitad de bonita que lo que tú has escrito, pero es como si te viese en el Ibiza rojo (como TU atril) camino de la biblioteca en viernes.