No se pueden escoger momentos, cuando los recuerdos se entrelazan en los párpados como una maraña de la que no quieres deshacerte.
Oscilando en algún punto indeterminado entre la realidad y el sueño...
(sin saber si tengo agallas para despertar)
Me asaltan de repente -con esa dulce crueldad de la nostalgia que ha pasado a ser certeza- el murmullo de los tranvías, la acompasada calma de la ciudad (immer mit der Ruhe), los instantes diminutos y gigantes de anhelada soledad, el café de media mañana, las conversaciones a medio camino entre italiano y alemán entre risas, cigarrillos y Berliner Pilsner...
El azul y el verde de Tiergarten. Hacer mías -nuestras- las canciones. Hacerlas realidad, palpitando entre los árboles, tendidos en la hierba.
Hacer nuestras las noches, a orillas del Spree.
Hacer tuyos mis sueños, mi cama, esta ciudad extraña y maravillosa.
(Que nos espera.
Oscilando en algún punto indeterminado entre la locura y la razón, entre las ganas y la inseguridad.
Al otro lado del muro)
(Won't you walk with me?)