Barcelona me dibuja un interrogante de sombra sinuosa y burlona.
Se esconde tras las esquinas esperando sorprenderme
tan pronto caiga mi guardia de sobriedad
y se derrita hasta el último de mis argumentos racionales.
Barcelona, remanso de ansiedad en medio de la calma.
Ciudad agridulce. Oasis de duda siempre.
Te echaré de menos -si sobrevivo- hasta el siguiente asalto.
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